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Entrega 1

Falla San Ramón

La Falla de Ramón es una falla geológica activa del tipo inversa que se encuentra situada al oriente de Santiago, la capital de Chile, siguiendo el pie de cerro de la sierra de Ramón a la que debe su nombre.

Esta se ubica a 5 km bajo la superficie terrestre y tiene una extensión de 25 km en sentido norte-sur. Se ubica entre los ríos Mapocho y Maipo, bordeando todo el frente cordillerano de la ciudad de Santiago, cruzando las comunas de Vitacura, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida y Puente Alto, aunque se piensa que podría prolongarse a Lo Barnechea y Pirque. Se puede identificar como un súbito escalón que se alza sobre el valle de Santiago se ubica entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana.

La falla de Ramón es una falla inversa (Bloque superior e inferior, siendo el superior el más propenso a daños), vale decir con deslizamiento vertical, que ha sido la responsable de la formación de la sierra de Ramón, una cordillera de 25 kilómetros de largo y una altitud máxima de 3249 msnm, la cual se ha desplazado bastante en los últimos 10 millones de años. Ha tenido un crecimiento continuo y progresivo durante el periodo cuaternario reciente, lo que la convierte en una falla geológicamente activa con trazas de deformación del orden de 0,02 mm/año, que la hacen capaz de producir sismos de gran magnitud, como el terremoto del 17 de marzo de 1575, o el de mayo de 1647.

La falla representa una franja de discontinuidad en el sustrato rocoso que modifica sus características al producirse una fragmentación de la roca, generando brecha de falla, dislocamiento y fracturamiento de bloques en el entorno inmediato a ella, e incluso registrando manifestaciones hidrotermales que conducen a la alteración química de la roca.

La Comisión Especial Investigadora de la Cámara de Diputados publicó un informe al respecto el pasado 13 de octubre, en donde se señala que las nuevas viviendas que se construirán en la capital chilena estarán en la zona de riesgo de un eventual terremoto. El geógrafo Pablo Salucci menciona que “considerando la investigación que se ha realizado y la evidencia de otras fallas similares a la falla de Ramón en el mundo, sabemos que el sismo en el peor escenario puede alcanzar una magnitud de 7,5 y dada su característica de falla cortical (poco profunda), en un evento sísmico importante, puede producir aceleraciones del suelo muy intensas en las zonas cercanas a la falla”.

Riesgos Sísmicos

Los estudios realizados con simulaciones para un sismo de magnitud 7.4Mw han identificado áreas las cuales tendrían distintos niveles de intensidad de movimiento y que irían entre Muy Alta-Alta, Media Alta y Media. Estas categorías están dadas por las aceleraciones del suelo que produciría dicho sismo y han sido establecidas de acuerdo a ciertas distancias según la simulación. Es así como las zonas que están dentro de los 2 kilómetros más próximos a la falla tendrían una mayor intensidad que aquellas que se encuentran a 10 kms. o más alejados de ella.

-Área de intensidad Alta-alta

El área en el que se percibirán intensidades muy altas o altas de acuerdo a las simulaciones, se encuentra distante hasta 8 kilómetros de la falla y tiene una superficie aproximada de 38.500 hectáreas. En esta área la población llega a los 515.522 habitantes los cuales pertenecen mayoritariamente a las comunas de Las Condes, Lo Barnechea y Puente Alto. En cuanto a los equipamientos del área con las mayores intensidades se identificaron son 226, correspondiendo las mayores cifras de estos a los establecimientos de educación básica y media, jardines infantiles y establecimientos de salud.

  • Área de Intensidad Media Alta

El área que abarca las zonas de intensidad media alta, corresponde a casi 33.000 hectáreas y se encuentra a distancias de hasta 11,5 kilómetros de la falla. En el área de intensidad media alta la población asciende a los 863.696 habitantes y en este caso son las comunas de Puente Alto, La Florida, Peñalolén y Las Condes las cuales cuentan con mayor número de población dentro de dicha área.

523 equipamientos fueron identificados en la zona de intensidad media alta, siendo los establecimientos de educación, los jardines infantiles y los supermercados los que concentraron la mayor cantidad de tipos de equipamientos presentes en la zona.

  • Área de Intensidad Media En el área de intensidad media, la más baja de las tres, corresponde a áreas distantes hasta 14,7 kms de la falla y comprende una superficie de 50.073 hectáreas. Se encuentran, en el área de intensidad media, un total de 1.513.663 habitantes, los cuales pertenecen mayoritariamente a las comunas de Puente Alto, La Florida, Ñuñoa y Recoleta.

En cuanto a los equipamientos identificados en el área con intensidad media, estos corresponden a 999 y en cuanto a sus funciones estos pertenecen mayoritariamente al tipo establecimientos de educación, jardines infantiles, establecimientos de salud y supermercados

-Amenaza La Falla San Ramón representa dos fuentes de amenaza directa para la Región Metropolitana: por una parte, la posibilidad de propagación de la ruptura en superficie y por otra, la posibilidad de aceleraciones o movimientos del suelo mucho mayores a los registrados durante el terremoto del Maule en 2010 en Santiago. A lo anterior, se suma la potencial ocurrencia de remociones en masa asociadas a un terremoto de gran magnitud.

En efecto, las evidencias paleosismológicas muestran que la Falla San Ramón es capaz de acumular esfuerzos tectónicos y producir —por sí misma— grandes terremotos, con dos episodios de gran magnitud (MW7,2-7,5) ocurridos en los últimos 17.000 años, y el último hace unos 8.000 años atrás. De acuerdo con estos mismos antecedentes, en cada uno de estos terremotos la propagación de la ruptura en superficie a lo largo de la falla movió del orden de 5 m el bloque oriental de la corteza terrestre respecto del occidental, levantando de 2 a 3 m el bloque cordillerano por sobre el valle de Santiago.

Todo lo anterior evidencia la necesidad de considerar la Falla San Ramón tanto en la planificación urbana de Santiago, como también en la normativa sísmica, así como en el diseño e implementación de planes de respuesta ante su potencial activación. En el primer caso, un análisis histórico revela que, luego de la ampliación del suelo urbanizable hacia el piedemonte cordillerano en 1979, la urbanización de la traza de esta falla, es decir, de su ubicación en superficie, se incrementó, entre los ríos Mapocho y Maipo desde casi inexistente a un 55% en el año 2017. Esto ha implicado un incremento de la población expuesta más directamente a esta amenaza, desde unos 200.000 habitantes que vivían solo en las comunas del sector oriente de Santiago en el año 1960, a más de 1,7 millones de personas en el año 2017. Si bien un gran sismo en esta falla (Mw7,2-7,5) podría tener efectos en toda la ciudad, el sector oriente y el piedemonte cordillerano recibirían un mayor impacto, dada la mayor cercanía a la fuente sumado a la potencial ruptura en superficie a lo largo de su traza. Actualmente, se estima que decenas de miles de personas viven directamente sobre la traza de esta falla, a lo que se añade infraestructura crítica como hospitales, escuelas, agua potable y otras situadas sobre ella o en sus inmediaciones.

-Urbanización de la falla Santiago ha experimentado en sus últimas décadas un aumento considerable de áreas urbanizadas en el piedemonte de su borde oriente, donde además se localiza la Falla San Ramón (FSR), de modo que se ha vuelto un nuevo escenario de riesgo geológico. Usando incuestionables atractivos sobre el medio natural, la vista panorámica a la ciudad y un ambiente saludable, se han promocionado proyectos de vivienda de alto costo que conviven con este riesgo sísmico, pero que parecen desestimarlo desde los instrumentos de planificación de nivel comunal y metropolitano.

Hasta 1960 la urbanización sobre la falla era prácticamente nula, pues la edificación se concentraba sobre el valle central, aún cuando el Plan Regulador Intercomunal de Santiago (PRIS) autorizaba la construcción en un 30% sobre la falla, en el sector nororiente de la capital. En 1979, casi 20 años después, se comenzaron a introducir una serie de cambios que fueron modificando los límites urbanos de la RM. Lo anterior fue agudizado con la presencia de asentamientos irregulares que comenzaron a desarrollarse en el borde de la franja suburbana durante las tres décadas siguientes. Con el paso de los años, poco a poco la edificación sobre la falla fue aumentando.Y la tendencia no se detuvo. Si a comienzos de los 60 el porcentaje era casi nulo, para 1985 la cifra se elevó a un 22%. En 1994 entró en vigencia el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS), el que incluyó aspectos normativos en materia de riesgos. No obstante, la realidad territorial no experimentó un panorama distinto respecto al crecimiento de la zona urbana sobre la FSR, en particular, y cada vez más sobre el piedemonte andino. De esta forma, la urbanización en comunas como Lo Barnechea, Vitacura, Las Condes, Puente Alto, en el sector de Las Vizcachas, y Peñalolén aumentó considerablemente sobre la falla, sin esto ir de la mano con cambios normativos. Actualmente existe un 55% de urbanización sobre la Falla de San Ramón, incrementando “el riesgo al cual están expuestos sus habitantes”. Un estudio indicó que más de 3 millones de personas serían afectadas ante un sismo en la Falla de San Ramón, siendo Puente Alto la comuna más dañada con un 61,8% de su población, le seguirían Las Condes con 55,4%, Peñalolén (39,6%) y La Florida (34,6%). Incluso podría ser mayor al ocurrido el 27 de febrero de 2010.

Sonia Pérez, académica de la Facultad de Ciencias Sociales y actual vierrectora de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, explica que sin información, las personas tienen menos posibilidad de enfrentar el riesgo. “La planificación urbana debiera entregar esa información para que las personas puedan tomar decisiones autónomas respecto de dónde y cómo quieren vivir. En la zona hay que convivir con el riesgo y eso implica tener estrategias comunitarias para hacer frente a los problemas que ocasionaría un terremoto. Estrategias que no pueden ser planificadas si no se informan dónde y cómo estamos expuestos a la amenaza”. Por esto mismo, el sector se transforma en un elemento de riesgo real y por esto es necesario tener conciencia de la falla y tomar medidas, como por ejemplo, reconocer la existencia de la falla en los planos normativos y generar zonas de resguardo y restricciones. Además, se debe restringir la construcción sobre la traza de la falla que aún no se ha edificado. Un sismo en este tipo de fallas, puede generar desplazamientos de bloques en la componente vertical que pueden alcanzar los dos o tres metros.

-Actualidad

Según estudios del Servicio Sismológico de la U. de Chile, la Falla de San Ramón es geológicamente activa, debido a que tiene un movimiento lento y progresivo de unos 0,2 mm al año. Se concluye que los últimos sismos provocados por esta falla se dieron hasta 17.000 y 8.000 años. Teniendo esto en cuenta, uno puede suponer que la falla ya ha acumulado suficiente esfuerzo tectónico para producir un nuevo gran terremoto. Respecto a los eventuales daños que podría dejar un terremoto provocado por la actividad de San Ramón, serían terremotos que son en términos de magnitud más pequeños, pero que potencialmente pueden ser más dañinos. Tiene un potencial de daño más importante porque el terremoto ocurre a baja profundidad y en este caso, la posibilidad de terremoto es al lado de Santiago. Hablamos de un terremoto que puede ocurrir a 15 km de profundidad y al lado de Santiago.

Sin embargo, a pesar de que la falla tuvo un desplazamiento hace miles de años, esta no es una falla que tenga un peligro inminente, dado que su taza de deslizamiento o al menos lo que conocemos de su taza de deslizamiento es muy lenta. Por lo tanto la probabilidad de que se nuclee en un terremoto en esa falla es relativamente baja respecto de los terremotos de subducción.

Frente a este posible riesgo, en el gobierno de Michelle Bachelet (2017) se inaguran centros de monitoreo de la falla de San Ramón, esto con la utilidad de saber la actividad de la falla para complementar la evidencia geológica. Esto permitirá crear medidas de prevención con mayor detalle empírico científico. Esta red permite ver eventos sísmicos pequeños que suman a la investigación general del evento. Si bien este monitoreo a permitido acumular datos sísmicos, aún se necesita más información para poder determinar en que etapa del ciclo de la falla nos encontramos y con esto, poder predicir futuras catástrofes.

Referencias

Para la creación de la infografía se pretende utilizar información de las siguientes referencias: